miércoles, 4 de julio de 2012

"Gol" para silenciar

Fue un verdadero espectáculo. De veras, lo fue. No me emocionó demasiado ver el balón entrar en la portería, pero me lo pasé de miedo observando a los demás.
Al principio, me enfadó un poco ver en la pantalla al señor Presidente, con su trasero acomodado en un lugar privilegiado de la grada. Sí, el mismo trasero que nos pedía modestia, paciencia y un “pequeño esfuerzo”. ¿Y ningún aficionado le tiró un refresco? ¡Pues sí que había encontrado en el fútbol un buen Prozac para las masas!
No era la primera vez que pensaba eso de “el fútbol como arma política”, pero cualquier crítica sonaba ya demasiado desgastada. Admito que lo de tirarle un refresco al señor Presidente no habría sido muy ético, pero es que en ese momento yo me sentía como en una canción grunge de los 80. Como supuse que nadie allí escucharía grunge, me dediqué, sin que sirva de precedente, a beber cerveza.
También vi en una mesa a unos cuantos progres de esos que llevan en la sangre lo de criticar –con o sin fundamento– poniendo mala cara cada vez que algún cincuentón sudoroso pegaba un grito a la pantalla. Sin duda odiaban el fútbol y toda esa parafernalia de la Eurocopa… ¿He dicho que estaban allí, viendo el partido?
Pero no les faltaba razón a los progres: esos cincuentones puedes llegar a ser realmente molestos; en pleno estado animal, bramando y agitando los brazos.  Me imaginé a su mujer preparándole la cena en casa, ilusionada porque se diera cuenta de que había ido a la peluquería por la mañana. Empecé a pensar en lo deprimente que puede llegar a ser el mundo, así que fui a pedir otra cerveza.
Por el camino me animé un poco. Tenía su gracia avanzar esquivando a toda esa fauna. Las mejores eran las niñas disfrazadas de chicas, que utilizaban una bandera de España como maquillaje, camiseta y pantalón: todo a la vez. Como podréis imaginar, la banderita no dejaba demasiado a la imaginación.
El detonante fue ver la cara del camarero. Parecía una máquina tragaperras, de verdad. ¡Jo, como para no gustarle eso de la Eurocopa! Aquí les dejo una foto:


Así que me reí. Fue una carcajada de lo más sincera, de esas que salen desde bien dentro. Esperaba que la gente me mirara como a una loca, que alguien me preguntara de qué me reía y entonces, sería mi momento: diría todo lo que pensaba y con suerte alguien reflexionaría un poco.  Y ¿saben lo que pasó? El portero italiano la cagó y mi carcajada fue silenciada por un grito común, atronador: "Gol".

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